El aclamado director Guillermo del Toro ha compartido recientemente sus profundas raíces de amor por el universo cinematográfico de Studio Ghibli, desatando una serie de conmovedoras revelaciones sobre su conexión con las obras de los maestros de la animación japonesa. Su devoción hacia esta icónica casa de animación comenzó en sus días de juventud, cuando un joven Del Toro se vio cautivado por el talento de Isao Takahata, uno de los cofundadores de Studio Ghibli.

En una conversación reveladora con Collider, Del Toro expresó su aprecio de toda la vida por las creaciones de Studio Ghibli, explicando que su fascinación por las películas de este estudio se remonta a su infancia. Del Toro comentó: “Vi el trabajo de Isao Takahata cuando era niño”, compartió el director. “Luego, muchos años después, cuando vi las primeras películas de Studio Ghibli, dije: ‘Eso es como las películas que vi cuando era niño’. Tienen un sello tan reconocible”.
Aunque Del Toro no especificó cuál de las obras de Takahata lo impactó en su juventud, es innegable que el legado de Takahata en Studio Ghibli es impresionante. Este prolífico artista contribuyó de manera significativa a la historia del cine de animación japonés, desde sus primeros días con “El Pequeño Guerrero” en 1961 hasta su obra maestra, “La Tumba de las Luciérnagas” en 1988. Esta última, en particular, se ha ganado un lugar destacado en la historia cinematográfica como una de las películas animadas más conmovedoras de todos los tiempos. El crítico de cine Roger Ebert la describió como “la película animada más realista en términos de sentimientos”.
Por otra parte se le preguntó a Del Toro, sobre cuál de las películas de Studio Ghibli recomendaría a los espectadores que las ven por primera vez, Del Toro no dudó en mencionar “Mi Vecino Totoro” como su elección principal. Al respecto comentó lo siguiente:
“Creo que siempre es bueno empezar con Totoro porque el poder de [Hayao] Miyazaki es que te muestra algo que es imposiblemente hermoso y dolorosamente hermoso al mismo tiempo. Esto es algo que muy pocos cineastas hacen. Cuando algo es tan impresionantemente hermoso como una obra de arte, comprendes que nunca lo experimentarás en la vida real, al mismo tiempo, lo obtienes y lo pierdes, lo que significa que sientes una sensación casi de melancolía y te conmueves hasta las lágrimas”.
En caso de que no lo sepas “Mi Vecino Totoro” narra la historia de dos hermanas y su padre que se mudan a una antigua casa de campo mientras su madre se recupera en un hospital cercano. Las hermanas se embarcan en aventuras mágicas al descubrir y hacerse amigas de espíritus juguetones que habitan en el bosque cercano. Para Del Toro, esta película fue una experiencia emocional abrumadora, admitiendo que “cuando comenzó Totoro, empecé a llorar y nunca dejé de hacerlo durante la película porque era, al mismo tiempo, una infancia que estaba ganando y una infancia que nunca había existido”.
Por otra parteGuillermo Del Toro, quien como a este punto sabrás, que es un incondicional admirador de Hayao Miyazaki, compartió el mismo nivel de elogios para la última creación del maestro, “El Niño y la Garza”, durante su reciente estreno internacional en el Festival de Cine de Nueva York. Sin duda Del Toro continúa siendo un fiel defensor de las obras de Studio Ghibli y su profundo respeto por el legado de Takahata y Miyazaki sigue inspirando a las nuevas generaciones de cinéfilos y creadores de cine en todo el mundo.

Fuentes: Collider.