China lanzó el jueves 29 de abril el módulo Thiane, el primero de los tres de su futura estación espacial. Ese elemento fue propulsado por el cohete Long March 5B, cuyo cuerpo es el que aterrizará en los próximos días, aún no está claro cuándo ni dónde. Fue Estados Unidos el que lanzó la advertencia de que está fuera de control y que representa un riesgo ante la posibilidad de que parte de sus restos impacten en la Tierra. Pekín no dice lo contrario, pero sin embargo minimiza el peligro.
Tras la separación del módulo espacial, el cohete lanzador comenzó a orbitar el planeta en una trayectoria irregular, perdiendo altura lentamente. Esa situación hace casi imposible cualquier predicción sobre su punto de entrada a la atmósfera, y por tanto de su punto de caída.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo esperar que el objeto caiga en un lugar deshabitado «donde no dañe a nadie» e insinuó que fue una negligencia por parte de China dejar que el cuerpo del cohete saliera de órbita.
Tras la separación del módulo espacial, el cohete lanzador comenzó a orbitar el planeta en una trayectoria irregular, perdiendo altura lentamente. Esa situación hace casi imposible cualquier predicción sobre su punto de entrada a la atmósfera, y por tanto de su punto de caída. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo esperar que el objeto caiga en un lugar deshabitado «donde no dañe a nadie» e insinuó que fue una negligencia por parte de China dejar que el cuerpo del cohete saliera de órbita.
Pero ¿Dónde caerán los restos? La Agencia Espacial Europea ha predicho una «zona de riesgo» que abarca «cualquier parte de la superficie de la Tierra entre aproximadamente 41,5 N y 41,5 S de latitud», que incluye prácticamente todo el continente americano al sur de Nueva York, toda África y Australia, partes de Asia al sur de Japón y Europa, España, Portugal, Italia y Grecia.
Ese enorme rango es, en parte, el resultado de la velocidad vertiginosa del cohete; incluso cambios leves en las circunstancias pueden cambiar drásticamente su trayectoria, pero tranquilo el océano sigue siendo la apuesta más segura sobre dónde caerán los escombros, solo porque ocupa la mayor parte de la superficie de la Tierra. «Si quieres apostar en qué lugar de la Tierra va a aterrizar algo, apuesta por el Pacífico, porque el Pacífico es la mayor parte de la Tierra. Es así de simple», explicó McDowell.
